Un plan para utilizar anticonceptivos orales con el fin de controlar las poblaciones de ardillas grises en el Reino Unido está avanzando a buen ritmo y pronto podría ponerse a prueba en ensayos de campo, afirman los científicos del gobierno.

El plan de control masivo de la natalidad consiste en atraer a las ardillas grises a los comederos a los que sólo ellas pueden acceder, utilizando botes que contienen avellanas para untar. Estos recipientes se llenarán de anticonceptivos.

Según el ministro de Medio Ambiente, Lord Benyon, el proyecto podría ayudar a erradicar la ardilla gris en el Reino Unido sin matarla. Según él, debería reducir el "daño incalculable" que las ardillas grises causan a los ecosistemas de los bosques y a las poblaciones de ardillas rojas autóctonas.

Los científicos del gobierno que dirigen la investigación afirman que el anticonceptivo, que hace infértiles tanto a los machos como a las hembras de las ardillas grises, debería estar listo para ser utilizado en la naturaleza en dos años.

Las ardillas grises, introducidas por primera vez desde Norteamérica a finales del siglo XIX, dañan los bosques del Reino Unido arrancando la corteza de los árboles para conseguir la nutritiva savia que hay debajo.

Actualmente se calcula que hay 2,7 millones de ardillas grises. El objetivo de estos animales son los árboles jóvenes, que suelen tener entre 10 y 50 años. Prefieren las especies de hoja ancha, como el roble, el haya, el castaño y el sicomoro.

El daño que pueden causar pone en peligro la eficacia de los esfuerzos del gobierno para hacer frente al cambio climático mediante la plantación de decenas de miles de hectáreas de nuevos bosques, ha advertido el ministro de Medio Ambiente, Lord Goldsmith.

La ardilla gris pone en peligro de extinción a la ardilla roja

Las ardillas grises también han llevado a la ardilla roja autóctona del Reino Unido al borde de la extinción en gran parte del país. Se cree que sólo quedan 160.000 ardillas rojas en el Reino Unido, y sólo 15.000 en Inglaterra.

Las ardillas grises son mucho más grandes y fuertes que las rojas y son portadoras de un virus de viruela de ardilla. Esto resulta mortal para las rojas pero al que éstas son inmunes.

La forma tradicional de gestionar la población de ardillas grises es eliminándolas. Pero estas grises se reproducen con rapidez y las poblaciones pueden recuperarse rápidamente. Un siglo de programas de sacrificio no ha conseguido reducir la población.

Anticonceptivos para las ardillas grises

La Dra. Giovanna Massei, directora del proyecto y miembro de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal (APHA), afirma que la administración de anticonceptivos a los animales es una alternativa más humana y, en última instancia, más eficaz.

Dice que su equipo ha desarrollado una vacuna que hace que el sistema inmunitario restrinja la producción de hormonas sexuales. Esto hace que las ardillas, tanto machos como hembras se vuelva infértiles. El fármaco no es permanente, y se están realizando más pruebas para encontrar una dosis que tenga un efecto duradero y sea segura de usar en la naturaleza.

El equipo también ha desarrollado una tolva de alimentación especial con una puerta lastrada diseñada para mantener alejadas a otras especies que no sean las ardillas.

Las pruebas realizadas en Yorkshire y Gales demostraron que el 70% de las ardillas de cada bosque visitaron las cajas de cebo durante un periodo de cuatro días. Los únicos otros animales que entraron fueron dos ratones especialmente emprendedores.

El plan consiste en cebar a las ardillas con botes de una pasta de avellanas que las ardillas encuentran "irresistible" y que estará mezclada con el nuevo anticonceptivo.

Los científicos también están estudiando la posibilidad de utilizar comederos especiales en las zonas donde hay ardillas rojas y grises. Se activarán mediante una placa que pesa a los animales y sólo permite que las grises más pesadas accedan al cebo.

El Dr. Massei afirma que los modelos informáticos muestran que este método podría llevar a las ardillas grises al borde de la extinción. Si el trabajo con las ardillas grises tiene éxito, podrían utilizarse técnicas similares para ayudar a controlar la población de otros mamíferos invasores, como ratas, ratones, ciervos y jabalíes.