Luego de la invitación de la OTAN a Suecia a y a Finlandia a formar parte del bloque, Rusia, como era de esperar, ha fijado una posición. Sin embargo, a pesar de las amenazas que había hecho Putin hace algunas semanas atrás, su respuesta fue menos de lo que muchos esperaban. De hecho, le ha restado importancia a esta incorporación y ha dicho que Suecia y Finlandia no son igual que Ucrania.
Sin embargo, ha hecho mención a que en el caso de que el bloque intente reforzar o militarizar la zona, Rusia responderá de manera proporcional. "Si despliegan tropas o cualquier otra infraestructura en la zona, responderemos de manera simétrica y crearemos las misma amenazas", dijo Putin.
En cuanto al tema de Ucrania, este aseguró que la situación entre estos países era muy diferente. Suecia y Finlandia no tienen ningún problema con su país y las relaciones que hay entre ellos son cordiales. Sin embargo, Ucrania se había convertido en un "territorio antirruso", por lo que podía ser utilizado para intentar desestabilizar el país. Putín dijo que incluso se empezó a perseguir a las personas que hablaban ruso o que sentían la cultura rusa como de ellos.
Putin aseguró que ellos no están luchando en contra de la expansión de la OTAN en Ucrania, sino que sus razones para la operación militar eran diferentes. Y es que el país estaba preocupado por la seguridad del país y la de sus habitantes por la "xenofobia" ucraniana.
Las negociaciones entre Rusia y Washington
Las palabras de Putin van en contra lo que se sabe sobre las negociaciones que el país mantuvo con Washington antes de la ofensiva. En estas negociaciones, Rusia exigía el retroceso de la OTAN hacia sus fronteras originales, la cuales se delimitaron en 1997. Esto significaría tener que expulsar a algunos miembros como Polonia o Rumanía.
Por supuesto, esto no era una opción para el bloque y esto acabó con el resultado que todos conocemos. Después de todo, una de las cosas que motivó el ataque de Rusia fue la posible incorporación de Ucrania al bloque de defensa.
