El rostro desencajado por el dolor y el llanto, el cuerpo desnudo, abrasado por el napalm, y la mirada a la cámara que pregunta ¿por qué? ¿Por qué yo? El horror de la guerra lo plasmaron Goya y Picasso, los documentales lo han mostrado infinidad de ocasiones, los historiadores —Antony Beevor en Stalingrado es solo un ejemplo— no han ahorrado detalles para contar los momentos más espantosos, o para siempre han quedado las crónicas de Michael Herr sobre la vida cotidiana en el infierno de Vietnam. Cincuenta años después, la fotografía que tomó el reportero Huynh Cong Ut, Nick Ut, de la pequeña Phan Thi Kim Phuc, el 8 de junio de 1972, huyendo con otros niños de su aldea tras un bombardeo estadounidense con napalm durante la guerra de Vietnam pervive como una imagen icónica, gracias probablemente a la triple fragilidad de la víctima principal: civil, niña y desnuda. Nick Ut, de 71 años y ya jubilado, nació en la provincia vietnamita de Long An, en el delta del río Mekong. Kim Phuc, de 59, lo hizo en la aldea de Trang Bang. Hoy vive en Canadá y preside desde 1997 una fundación de ayuda a niños víctimas de la guerra.
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